En los centros de enseñanza primaria públicos de Cataluña, la Generalitat impuso un modelo en el que todas las asignaturas se imparten en catalán salvo la clase de español, y encima estos años se ha rerducido su escaso número de horas. El mínimo de cuatro horas del Gobierno central para la enseñanza del español evitará, aunque poco, una enseñanza totalmente monolingüe en catalán. Pero el problema de fondo es que en una sociedad donde el 50% habla una lengua y el 50% la otra, lo que dice el sentido común es que se deben tratar las dos lenguas con el mismo número de horas. Aquí el español se utiliza 2 o 4 horas a la semana y el catalán más de 20.
Si la Generalitat incumple la ley de este mínimo número de horas de español porque no le gusta, ¿puedo pasar yo de las tasas de la Generalitat si no me gustan?
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 4 de mayo de 2003