En sólo 45 minutos Ibagaza y Eto'o decidieron jugar al fútbol y convertir el Bernabéu en una olla a presión, no para su equipo, sino para los jugadores blancos. Sobre todoEl Caño argentino, sublime toda la noche. Del camerunés dijo su entrenador, Gregorio Manzano, al término del partido: "Es una alegría que juegue en el fútbol español". El júbilo, evidentemente, corresponde a la expedición balear.
Eto'o se crió en la cantera del Real Madrid sin que su nombre asomara por los planes del primer equipo. Así que harto de ver el fútbol desde la grada, recaló en el Mallorca, equipo en el que se ha labrado toda su reputación. El prestigio de Eto'o se multiplica cuando juega contra los blancos. "La verdad es que se nos da muy bien el Madrid. Pero lo de esta noche son tres puntos más, aunque sean en el Bernabéu", comentó el camerunés, alborozado después del partido. "Yo juego con la misma motivación todos los partidos". apostilló.
Aunque considere al Madrid un equipo más, lo cierto es que el delantero camerunés sube las revoluciones cuando enfrente aparecen Hierro y Helguera, dispuestos a parale los pies. "No creo que sueñen conmigo esta noche", bromeó.
Difícilmente puede entenderse el éxito de Eto'o sin la alianza de Ibagaza, un superdotado del pase, un lince que acaba contrato en junio de 2004 y, según su entorno, no tiene planes de seguir en Mallorca. Si uno falta, el otro se resiente, y eso lo sabe Manzano. En el Bernabéu bastaron 25 minutos de la segunda parte para que el dúo dinámico comenzara a carburar, y con ellos, todo el equipo. No en vano, el técnico mallorquinista apuntó: "Este equipo entrará en la gran historia del Bernabéu porque meterle cinco goles al Madrid en 45 minitos no está al alcance de cualquiera".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 4 de mayo de 2003