La llegada del buen tiempo ha hecho que muchos jóvenes apuesten por las motos para desplazarse por los pueblos de la región. Resulta lamentable que, ante la pasividad de nuestros agentes de la autoridad, en especial, la Policía Municipal, estos que se hacen llamar motoristas circulen con el escape libre y hagan un ruido que resulta infernal y llega a provocar dolores auditivos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 4 de mayo de 2003