La Confederación de Sindicatos Austriacos ha convocado hoy una huelga contra el proyecto gubernamental de reforma de las jubilaciones. Viena se prepara para un colapso, ya que dejarán de funcionar durante media jornada los aeropuertos, los transportes públicos, el correo, parte de la sanidad, así como otros sectores públicos y privados.
En la enseñanza, el paro se extenderá a todo el día, tanto en las universidades como en los institutos. Las imprentas de periódicos y el sector del transporte ferroviario de mercancías iniciaron el paro ayer por la tarde. Los sindicatos de cada empresa o institución decidirán el tipo de paro.
Desde hace semanas se percibe una particular consternación en este país de ocho millones de habitantes donde las estadísticas no contaban anualmente más que pocos segundos de huelga por asalariado. Hacía medio siglo que los trabajadores no se unían para utilizar en masa el paro laboral como instrumento de presión contra el Gobierno. Los sindicatos obreros se acostumbraron a eludir el enfrentamiento con un sistema eficaz de tomas de decisiones pactadas con la patronal.
Pero desde que en 2000 asumiera el Gobierno la coalición entre el Partido Popular (ÖVP), de orientación democristiana, y el ultraderechista Partido Liberal, ese diálogo llamado "pacto social" ha perdido peso.
El 65% de la población rechaza el proyecto gubernamental que prevé prolongar el periodo de cotización de las jubilaciones de 40 a 45 años y retrasar a 65 años la edad de jubilación. Hoy, la edad promedio de jubilación es a los 59 años para los hombres y a los 57 para las mujeres.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 6 de mayo de 2003