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Aznar propone al Consejo de Seguridad una lista mundial de organizaciones terroristas

El Reino Unido opone "cautela" mientras la ONU no defina lo que es terrorismo

"El terrorismo es un asunto de todos". El presidente del Gobierno, José María Aznar, abrió ayer bajo este lema su visita a Estados Unidos con un discurso ante el Consejo de Seguridad de la ONU en el que explicó su plan de "tolerancia cero" frente al terrorismo. Expuso siete propuestas. Destacan la elaboración de una lista mundial de organizaciones terroristas, la creación de un foro para las víctimas de ese tipo de violencia y la institucionalización de la cooperación antiterrorista como parte de la ayuda al desarrollo. la institucionalización de la cooperación antiterrorista como parte de la ayuda al desarrollo.

Las víctimas del terrorismo deben tener un canal institucional "que les sirva de foro"

"Hay que desmantelar las redes económicas que alimentan a los terroristas"

Antes de convertirse en un verdadero programa de trabajo, el proyecto de Aznar, que intervino ante el Consejo debido a que España ocupa en la ONU la presidencia del Comité de lucha contra el Terrorismo (CTC), tendría que ser aprobado mediante una resolución por los 15 Estados miembros del órgano ejecutivo que ayer escucharon al presidente.

El plan no menciona ninguna de las medidas técnicas, como la orden de detención internacional, orientadas a suprimir la extradición que Aznar promovió en el ámbito de la UE. Pero refleja, en cualquier caso, la tarea que España pretende desarrollar durante su presidencia de este CTC, creado por el Consejo de Seguridad tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.

Más allá de cualquier eventual eficacia práctica, los siete puntos del plan de Aznar reflejan su visión del problema y traducen al plano internacional algunas de las políticas que el Gobierno ha puesto en práctica en España. Antes de dirigirse al Consejo, el presidente expuso en privado sus propuestas al secretario general de la ONU, Kofi Annan, con el que conversó durante media hora. Irak fue el otro tema de esa charla. Aznar defendió su visión, coincidente con la de EE UU, de que los problemas de la reconstrucción deben ser abordados a través de resoluciones parciales y consecutivas.

- Lista universal. El primer punto del plan antiterrorista de Aznar es que el CTC elabore una lista general de organizaciones terroristas. Se trata de crear el primer elenco verdaderamente universal de los grupos señalados como reos del terror, por encima de los elaborados por EE UU y la Unión Europea.

La medida, que según Aznar contribuiría a "vigorizar" el CTC, debería ser previa a las seis restantes, ya que identificaría a los sujetos pasivos de las mismas. Pero el presidente no la planteó de ese modo, probablemente porque los problemas políticos que encuentra siempre la definición de un grupo concreto como terrorista podrían llegar a bloquear el proyecto.

- Desarme y finanzas. El segundo punto señala dos prioridades bien conocidas: la lucha contra "las armas de destrucción masiva y la disponibilidad de tales armas por grupos terroristas", y la importancia del aspecto financiero de una guerra que no puede ignorar "el desmantelamiento de las redes económicas que alimentan a los terroristas".

- Política de firmeza. El tercer eje es "mantener una política de firmeza", hacer que la "tolerancia cero frente al terrorismo figure en primer lugar en cualquier código de conducta de la Comunidad Internacional". Es algo de lo que ocurrió en la conferencia de la ONU sobre ayuda al desarrrollo celebrada el año pasado en Monterrey, cuando quedó sancionado el principio de que los países que no colaboren frente al terrorismo verán denegado su acceso a los programas de ayuda.

- Cooperación y desarrollo. Aznar dio ayer un paso más sobre ese planteamiento al proponer al Consejo de Seguridad, como cuarto punto de su plan, que la cooperación antiterrorista entre regulamente a formar parte de los programas internacionales de ayuda al desarrollo y pueda ser contabilizada como tal. El presidente hizo, además, un llamamiento al Banco Mundial y al G-8, el grupo de los siete países más desarrollados y Rusia, para que desempeñen "un papel particularmente relevante" en esas tareas.

- Impedir la propaganda. El quinto punto tiene que ver con un incidente muy concreto que, el pasado otoño, motivó una protesta del Gobierno español ante Kofi Annan, porque Arnaldo Otegi y algún otro dirigente de la ilegalizada Batasuna fueron invitados por un club de corresponsales extranjeros a intervenir en su sede social, situada dentro del Edificio de Naciones Unidas. Pensando en ese caso, Aznar pidió ayer a los 15 miembros del Consejo de Seguridad que "se articulen procedimientos para evitar que los grupos terroristas puedan servirse del sistema de la ONU para hacer llegar a la opinión publica su mensaje violento".

- La voz de las víctimas. El sexto punto invita a "dar voz a las víctimas del terrorismo" mediante "la creación de un mecanismo institucional que pueda servirles de foro". Dicho mecanismo, precisan fuentes de la Presidencia del Gobierno, podría ser un subcomité del CTC u otra fórmula más informal como un observatorio o un relator similar a los que ya trabajan en Derechos Humanos, con el cometido específico de informar regularmente de la situación, problemas y aspiraciones de las víctimas del terrorismo.

- Ninguna legitimación. El séptimo punto cierra un bucle con el primero, al rechazar indirectamente que puedan plantearse problemas de definición del terrorismo en atención a reivindicaciones justas. Pide, en efecto, que "se prive a los terroristas de toda huella de legitimación y se dejen al descubierto los pretextos que utilizan". Por si hubiera alguna duda de qué se habla, Aznar enlazó este punto con la invitación a "reactivar el proceso de paz en Oriente Próximo", donde su Gobierno, como el de EE UU, considera terroristas a organizaciones palestinas como Yihad Islámica y Hamas, que gozan de amplio apoyo en Estados árabes.

El embajador del Reino Unido, Jeremy Greenstock, puso el dedo en este problema cuando advirtió de que la propuesta de Aznar de una "lista universal" merece "cautela" e incluso "reserva" mientras la Asamblea General de la ONU no acuerde una definición de lo que es terrorismo. Greenstock intervinó como todos sus demás colegas en el debate subsiguiente.

El embajador de Siria incidió en el mismo asunto, al solicitar el apoyo del Consejo para terminar con "la ocupación territorial" de su país por Israel, que, añadió, es el "verdadero terrorismo". El embajador de Alemania evocó las tensiones vividas en la guerra de Irak cuando habló de la necesidad de "preservar y estabilizar" la coalición antiterrorista internacional, así como de respetar la legalidad "nacional e internacional" en la lucha contra el terrorismo. México y Francia subrayaron su cooperación terrorista con España, después de que Aznar valorara expresamente la del país vecino.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 7 de mayo de 2003