EE UU, Reino Unido y España volverán a unirse para pedir al Consejo de Seguridad de la ONU que levante las sanciones contra Irak. George W. Bush y José Maria Aznar anunciaron ayer en Washington que los tres países presentarán de forma conjunta un proyecto de resolución en los próximos días. Bush declaró también que había cancelado las sanciones impuestas unilateralmente por Washington. "Ya no hay ningún motivo para castigar a Irak", dijo.
Antes de reunirse con Aznar en la Casa Blanca, Bush envió una orden al secretario del Tesoro, John Snow, por la que se autorizaba de nuevo el envío de dinero a Irak, una medida que permite a los exiliados iraquíes en EE UU ayudar económicamente a sus familiares y amigos en el país ocupado, y se suprimía la prohibición de exportar a Irak. Esta segunda medida no tendría consecuencia alguna hasta que el Consejo de Seguridad levante las sanciones establecidas en 1991, tras la guerra del Golfo, por las que Irak no puede comerciar con el exterior si no es bajo condiciones muy estrictas y a través de la ONU.
El borrador de resolución podría conocerse a partir de mañana. Francia y Rusia, dos países con derecho a veto en el Consejo de Seguridad, anunciaron que rechazarían toda resolución que no concediera a la ONU un papel protagonista en el proceso de reconstrucción iraquí. Técnicamente, París y Moscú podrían ampararse en que anteriores resoluciones establecían que el embargo no podría ser levantado hasta que se demostrara de forma fehaciente la destrucción de las armas químicas y biológicas iraquíes, algo que, hasta ahora, no ha ocurrido. Tanto Bush como Aznar sugirieron, sin embargo, que existíe "un nuevo ambiente" en la ONU y que los enfrentamientos previos a la invasión ya no tenían sentido. "Hay ganas de trabajar unidos", afirmó Bush. "Espero que así sea", agregó Aznar. El jefe de la diplomacia estadounidense, Colin Powell, se reunió en Nueva York con el secretario general de la ONU, Kofi Annan, para allanar el camino a la proyectada resolución. Tras el encuentro, Powell aseguró que el texto redactado por Washington, Londres y Madrid otorgaría "al secretario general y a las Naciones Unidas un papel que desempeñar, el importante papel al que se ha referido (en días anteriores) el presidente Bush".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 8 de mayo de 2003