Sólo ocho días después de que la cúpula de los Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre (GRAPO) fuera detenida en París, dos de sus activistas (mantiene cinco, según la policía) respondieron a esa captura disparando en la nuca a Francisco Javier Sanz Morales, un policía de barrio que acababa de salir de un colegio de Carabanchel (Madrid) tras visitar a la directora. El asesinato eleva a 83 las víctimas -29 de ellas policías nacionales- que han muerto a manos de los GRAPO en sus 25 años de existencia.
El arma usada para el asesinato, una FBP checa del
calibre 9 milímetros, ya fue utilizada por los GRAPO en
su último golpe mortal del 8 de mayo pasado, el asalto a
un furgón blindado en Vigo, donde fallecieron dos
vigilantes jurados. Con esa misma pistola del atraco
frustrado de Vigo, dos grapos volvieron ayer a disparar,
en este caso contra la nuca del policía Sanz Morales,
que acababa de salir del colegio Luz Casanova de
Carabanchel, donde se había presentado a la directora
del centro. A las 12.20, el agente cruzó una estrecha
calle y se dirigió a su moto. En ese momento, el policía
entabló conversación con dos jóvenes vestidos de negro.
Uno de ellos le distrajo y otro le disparó por detrás,
según algunos testigos. Los asesinos, tras robarle la
pistola, huyeron a pie hacia el metro. Las huellas
dejadas por los terroristas en una furgoneta aparcada en
el lugar del crimen y el testimonio de los vecinos han
llevado a la policía a concluir que los autores del
crimen son Marcos Martín Ponce e Israel Torralba. Este
último participó en el asalto al furgón de Vigo junto al
dirigente de la banda Fernando Silva Sande, detenido en
París el 9 de octubre. La policía cree que el crimen de
ayer es la respuesta de los GRAPO a la captura de sus
dirigentes. El último golpe mortal de la banda en Madrid
ocurrió el 4 de octubre de 1988. Los terroristas mataron
a un policía y robaron 520 documentos de identidad.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 8 de mayo de 2003