Igeva, la asociación de funcionarios interinos de la Generalitat Valenciana, arrasó ayer en las primeras elecciones sindicales de Función Pública en las que ha presentado una candidatura. Igeva logró 24 representantes, por encima de cualquiera de los sindicatos tradicionales, en unas elecciones en las que acudieron a las urnas el 60% de los empleados de la Administración general de la Generalitat (los funcionarios excluidos los docentes y el personal sanitario), cuatro puntos por encima de la convocatoria de 1999.
UGT es la única fuerza tradicional que aguantó la irrupción arrolladora de Igeva y mantuvo los 22 delegados que logró hace cuatro años. CCOO, sin embargo, cedió tres representantes y pasa de 18 a 15. El STAPV, que siempre ha esgrimido la defensa del personal interino, mejoró sus resultados respecto a las últimas elecciones y pasó de 14 a 19 delegados. CSI-CIF, sindicato independiente identificado con los funcionarios mejor pagados, siguió una trayectoria inversa y pasó de 19 a 13 delegados. USO-SI sólo mantuvo los tres delegados de Castellón, hace cuatro años tenía ocho. CGT fue la fuerza más castigada por la irrupción de Igeva y perdió los siete delegados que había ganado en 1999.
Para acceder a la Mesa de Función Pública es necesario contar con 12 delegados.
La arrolladora victoria de Igeva, que accede a la mesa sectorial en condición de fuerza más votada, pone de manifiesto la dimensión que ha adquirido el problema de la inseguridad laboral de los empleados de la Generalitat. Un tercio de los trabajadores al servicio de la Administración autonómica ocupan sus puestos sin más garantía que el dictado de los responsables políticos, en algunos casos desde hace años.
Las iniciativas anunciadas por el Consell durante la presente legislatura para atajar la inseguridad laboral de los funcionarios no se han traducido en la efectiva convocatoria de ofertas de empleo público, la única vía eficaz para poner coto al problema. La respuesta de los interinos ha sido contundente.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 9 de mayo de 2003