Hace solamente un par de meses que la Consejería de Medio Ambiente presentó el parque nacional de Guadarrama y ya tiene esta misma administración preparados los planes generales de urbanismo que permitirán construir miles de chalés en pleno parque nacional.
Los proyectos de urbanización que está a punto de aprobar la Comunidad crearán una barrera infranqueable para la fauna entre Bustarviejo, Valdemanco y La Cabrera, que impedirán el movimiento de las especies y su reproducción.
Los ciudadanos corrientes creemos que la creación de parques y reservas garantizan la conservación de los espacios, pero en la práctica estos espacios pueden ser devorados por el urbanismo sin que salte ninguna de las protecciones ambientales que establecen sus planes de ordenación de los recursos naturales. Estos planes establecen limitaciones en las cortas de arbolado, en la caza, en la pesca, etc, pero ninguna sobre el crecimiento del urbanismo y, por lo tanto, es posible estrangular las áreas protegidas mediante la mera ocupación y degradación del entorno.
Creo que nuestros políticos deberían entender que los espacios naturales protegidos son mucho más que una mera etiqueta.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 9 de mayo de 2003