Me sorprende la hábil y unilateral insistencia con que su diario EL PAÍS publica artículos y opiniones que adolecen de sectarismo contra Cuba. No puedo entender que EL PAÍS descarte otros planteamientos más críticos, hechos por personas que no son ciertamente ni "amigos engañados de Fidel ni instrumentos del imperialismo", según afirman los autores de la tribuna de ayer (8 de mayo) ¡No es fácil!, todos cubanos y autodenominados "demócratas en el exilio". El autor del texto merece elogio por su astucia en hablar amablemente de "logros aparentes" de la revolución, devaluar su "seña antiimperialista" y "concitar a todos los españoles" para una reconquista de la democracia en Cuba. Tono muy ajeno a otros escritos de autores que figuran al pie de la tribuna. EL PAÍS, adalid de antisectarismos y de debates abiertos, debiera asegurar la pluralidad en temas tan complejos y controvertidos.
Sería justo que los firmantes, al expresar su agradecimiento, lo hagan "en nombre propio" y no de todos lo cubanos, ni lo hagan llegar a "todos" los españoles demócratas. Elipsis muy sutil.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 9 de mayo de 2003