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COMUNICACIÓN | ENTREGA DE LOS PREMIOS ORTEGA Y GASSET

Polanco defiende el periodismo sobre el terreno frente a la manipulación y la propaganda

El recuerdo de los dos reporteros españoles muertos en Irak marca la entrega de los Premios Ortega

La entrega de los Premios Ortega y Gasset de Periodismo se convirtó ayer en un acto emotivo y multitudinario, en defensa de los valores del periodismo. Jesús de Polanco, presidente del Grupo PRISA, resaltó que los galardones, concedidos este año a los reporteros que han cubierto sobre el terreno la guerra de Irak, demuestran que en esta profesión "nada puede sustituir a la independencia, el rigor, la curiosidad y la pasión de quienes la ejercen". En su vigésima edición, los premios han valorado también el sentimiento con el que el colombiano Roberto Pombo narra la angustia de su país, y la tragedia del Prestige, a través de una imagen conmovedora del fotógrafo Xurxo Lobato.

La emoción y el dolor por la muerte de José Couso y Julio Anguita Parrado, reporteros españoles fallecidos en Irak mientras ejercían su labor informativa, impregnó ayer la entrega de los Premios Ortega y Gasset de Periodismo. El presidente del Grupo PRISA, Jesús de Polanco, que presidió el acto junto al consejero delegado, Juan Luis Cebrián; el director de EL PAÍS, Jesús Ceberio, y la académica e historiadora Carmen Iglesias, recordó "las dolorosas e irremplazables ausencias", y resaltó que estos galardones exceden "lo estrictamente profesional y periodístico". "La decisión del jurado constituye no sólo el reconocimiento al ejercicio de la profesión de informar, sino que pone en primer plano de manera incontestable el derecho de los ciudadanos a estar informados", dijo Polanco, quien añadió que con la entrada en una nueva época de la comunicación, la presencia sobre el terreno de informadores "condiciona y limita, cuando no impide", la implantación de la manipulación interesada o de la intoxicación en la transmisión de la información "por parte de los que tienen capacidad y poder para ello".

Polanco destacó que en la cobertura de la guerra de Irak todo el mundo "había tenido oportunidad de conocer algunas de las múltiples presiones ejercidas para distorsionar la realidad y transmitir de la misma una visión engañosa". "No se han escatimado medios en el despliegue de una formidable maquinaria de propaganda ligada al desarrollo de las operaciones bélicas, ni se han ahorrado coacciones para tratar de censurar las informaciones que partían de la capital de Irak".

Es en este contexto en el que Polanco valoró la presencia, la independencia, el riesgo y el sacrificio de la propia vida de los corresponsales de guerra para que la verdad "haya llegado hasta nosotros". "Los premiados nos ofrecen hoy mil razones para creer en el periodismo. Su actitud y su trabajo nos deja una impagable enseñanza: en esta profesión nada puede sustituir a la independencia, el rigor, la curiosidad y la pasión de quienes la ejercen", concluyó.

El premio a la mejor labor informativa, que recayó en los reporteros españoles que han cubierto sobre el terreno la guerra de Irak, fue recogido por el periodista de Tele 5 Jon Sistiaga en nombre de la treintena de reporteros que ayer se sentaron en la primera fila del salón del Círculo de Bellas Artes, donde guardaron dos sillas vacías para sus compañeros José Couso y Julio Anguita Parrado. Estos periodistas, recordó Sistiaga, contribuyeron a esclarecer la verdad frente a las versiones de los actores militares del conflicto. "Hoy me llamo José Couso y Julio Anguita Parrado, y Paco Peregil, y Fran Sevilla, y muchos otros más", comenzó Sistiaga. Después de asegurar que este conflicto ha supuesto la puesta de largo para los reporteros de guerra españoles, el periodista de Tele 5 dijo: "Ojalá que la calidad humana de los reporteros la hubiera también percibido el Gobierno español. Vamos a seguir preguntando y preguntando hasta que reconozcan el error, lo asuman y paguen por ello".

Una sentida ovación cerró las palabras de Sistiaga, antes de dar paso a la periodista de El Mundo Mónica G. Prieto, que rindió homenaje a su compañero Julio Anguita Parrado. "Pertenecía a esa nueva generación de reporteros que anteponían la información a la fama", aseguró. Los reporteros acordaron entregar la dotación económica del premio (15.000 euros) a la familia de Couso, mientras que la placa conmemorativa (un aguafuerte del artista donostiarra Eduardo Chillida) será cedida a la familia de Anguita Parrado.

En la categoría de mejor artículo de opinión, el Ortega y Gasset fue para el periodista colombiano Roberto Pombo por el artículo ... y regresar vivo a casa, publicado en la revista Cambio. Polanco resaltó que el artículo transmite "con sencillez la angustia entera de un país en el que la violencia del terrorismo y la endémica situación de guerra más o menos encubierta ha convertido a sus habitantes en un censo de sobrevivientes".

"Una fotografía puede ser por sí sola una historia". Así explicó Polanco la imagen del hundimiento del Prestige captada por el redactor jefe de Fotografía de La Voz de Galicia, Xurxo Lobato, y que ha merecido el premio a la mejor información gráfica.

Tras la entrega de los galardones, el escritor mexicano Carlos Fuentes analizó en una conferencia el papel de la prensa en conflictos como el de Irak, y aseguró que la misión de los periodistas consiste en "incomodar, quebrantar dogmas, afirmar verdades desagradables". Fuentes tuvo un recuerdo para los dos periodistas españoles que murieron en Irak "en el cumplimiento de su deber".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 9 de mayo de 2003