Aún no hay planes concretos de una gira mundial, pero Madonna ya se ha puesto en marcha. Tiene un disco por promocionar, American Life, y un público impaciente. A los más incondicionales de sus fans dedicó ayer un recital en acústica con algunas de sus novedades. El concierto tuvo lugar en el interior de la tienda de discos HMV de Oxford Street, en Londres. Un espacio demasiado reducido para alojar a los miles de fans que perseguían una entrada. Finalmente, 500 afortunados pudieron escuchar en vivo, y de cerca, a la reina pop. Madonna les hizo sufrir retrasándose unos 60 minutos de la hora estipulada y ofreciendo una actuación más corta que la demora. La crítica ha descalificado American Life como un trabajo mediocre y ningún periodista fue convidado al concierto sorpresa de Londres. No fue el único de la semana. La noche anterior, Madonna entretuvo con su música a amigos y conocidos en un selecto restaurante de París. Entre los comensales se encontraban el modista Jean Paul Gaultier, el diseñador Phillipe Starck y el cineasta Luc Besson.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 10 de mayo de 2003