Estudio de C. J. Morse. 1954.
El presente trabajo consta de dos tiempos bien definidos. En el primero tienen el protagonismo las damas, como es lógico, dado que ambos reyes están sumamente expuestos. Pero en el segundo, el combate se define a las coces, dato que ya da al lector una pauta respecto a la solución. Es obvio que las blancas, que tienen una pieza de menos, no están en condiciones de realizar muchas finas jugadas de espera, pues su rey arrinconado podría sufrir graves quebrantos de salud. La primera etapa consiste en cambiar las damas explotando el peón en a6, cosa que se logra con tres jaques precisos: 1 De8 j., Rc7 / 2 Db8 j., Rf6 (no 2... Rd7 / 3 Db7 j., etcétera) / 3 Db7 j., D - b7 j. / 4 a - b7. Ahora comienza el protagonismo del caballo negro y los peones blancos; después de la forzada 4... Ca6 las negras parecen empatar fácilmente, pero la situación del caballo en a6 es precaria; después de 5 Ra7 la respuesta de las negras vuelve a ser forzada: 5... Rb5. Ahora, los peones blancos intentan desplazar al rey de la defensa de su caballo: 6 c4 j., Ra5 / 7 b3! y ahora las negras parecen estar en zug-zwang. Sin embargo, la defensa dispone aún de un recurso: 7... Cb4. Ahora, si 8 b8=D el caballo da una coz salvadora: 8... Cc6 j. y 9 C - b8, después de lo cual las negras ganarían. Pero esa coz es respondida por otra, por demás inesperada: 8 b8=C!! Pese a que las negras tienen un peón de ventaja, las blancas dan mate en la siguiente: el rey no puede jugar, y a cualquier salto de caballo se produce la coz definitiva: 9 Cc6 mate.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 10 de mayo de 2003