La Casa Blanca incluye un premio en el proceso de paz en Oriente Próximo: George W. Bush ha propuesto crear una gran zona de libre comercio con EE UU que podría empezar en Marruecos y terminar en Irak. El secretario de Estado, Colin Powell, lleva con él la propuesta en la gira que empieza este fin de semana por varios países de la zona. El plan puede permitir que algunos países árabes consigan entrar en la Organización Mundial de Comercio. Antes tendrán que asentar una economía de mercado y, como condición irrenunciable, mostrar una entrega decidida en la lucha contra el terrorismo.
La propuesta que ayer anunció la Casa Blanca es un ejemplo vivo de lo que Henry Kissinger definía como "diplomacia del palo y la zanahoria", un obsequio económico en un mal momento de relaciones políticas. Varios países del mundo árabe repiten siempre su interés por entrar en las redes internacionales de comercio, que en muchos casos sólo están abiertas a su producción petrolífera.
Bush tiene una larga lista de peticiones acumuladas sobre su mesa. Arabia Saudí siempre ha querido que el precio del uso de su territorio para bases militares fuera la incorporación de Riad a la Organización Mundial de Comercio (OMC). Egipto lleva meses pidiendo en Washington un pacto de libre comercio con EE UU, en parte como recompensa por su "buen comportamiento" -o al menos por su discreción- durante el tiempo en el que se fraguó la invasión de Irak.
Bush está dispuesto a todo eso y más. En un discurso en la Universidad de Carolina del Sur, el presidente de Estados Unidos se lamentó de que "el mundo árabe tenga una gran tradición cultural pero está perdiéndose en buena medida los progresos económicos de nuestro tiempo". Y puso un ejemplo: Bush dijo que es inaceptable pensar que el Producto Interior Bruto de todos los países árabes sea en total más pequeño que el de España.
El plan, todavía vago en detalles y en plazos, incluirá una serie de etapas que permitirán verificar la transición de los países hacia una plena economía de mercado. EE UU les ayudaría a entrar en la OMC con el impulso de acuerdos bilaterales y tratados comerciales. A largo plazo y en una situación utópica, se llegaría a establecer una zona de libre comercio similar a la que EE UU ha formado con México y Canadá o, más recientemente, con Singapur. Los analistas económicos consultados ayer no hablaban de un plazo de años sino de lustros.
Nada se sabe de la extensión o de los gobiernos que serán invitados, aunque se aventuran dos extremos territoriales: Marruecos al oeste (Estados Unidos ya negocia actualmente un tratado de libre comercio con este país) y, por razones obvias, Irak como frontera este, incluidos los países de la Península Arábiga.
Estados Unidos ya mantiene acuerdos comerciales con Israel y con Jordania. Colin Powell llega hoy a Israel en su gira por la zona con esta oferta vinculada siempre a dos condiciones: que el proceso de paz entre israelíes y palestinos avance en torno a la Hoja de Ruta, que los países que quieran formar parte de esta nueva sociedad comercial demuestren su dedicación a la lucha contra el terrorismo y que no participen en ningún boicó comercial contra Israel.
Anoche la Casa Blanca anunciaba que Bush recibirá al primer ministro israelí, Ariel Sharon, en Washington el próximo día 20 para discutir sobre el plan de paz para Oriente Próximo. "El presidente espera con entusiasmo la visita del primer ministro", añadía el comunicado de la Casa Blanca. "Estados Unidos e Israel mantienen una firme amistad y ambos líderes discutirán los esfuerzos necesarios para hacer avanzar el acuerdo de paz entre israelíes y palestinos, así como una gama de asuntos bilaterales y regionales", agregaba el comunicado.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 10 de mayo de 2003