Rafael Simancas, candidato socialista a la Comunidad de Madrid, subió ayer el tono de la campaña y atacó la "política de ofertas de todo a cien" que, según él, está haciendo el PP durante una visita electoral a la Puerta del Sol. El aspirante lanzó varias preguntas a su oponente Esperanza Aguirre: "¿Dejarán de planear el urbanismo desde los despachos de los poderosos?, ¿van a cambiar la Ley del Suelo para poner pie en pared a la especulación?".
Por lo demás, nada nuevo bajo el sol. El inicio de la campaña se pareció mucho a los días previos que el candidato ha pasado visitando los barrios y los pueblos de la Comunidad. "Si no voy a decir nada nuevo", dijo ayer sorprendido ante la cantidad de periodistas que le siguieron durante su trayecto.
En el primer contacto oficial con los ciudadanos para pedirles el voto, Simancas se encontró con los chaquetones azules y grises de Sintel. "Vuestra reivindicación es justa", dijo a los ex trabajadores, "pero la violencia quita la razón a aquel que la tiene", añadió refiriéndose al golpe que uno de ellos le propinó el pasado 1 de mayo al secretario general de Comisiones Obreras, José María Fidalgo. Después, Simancas tuvo que comprar el libro Sintel. El callejón sin salida. Su autor se presentó como periodista. "En realidad soy especialista en toponimia", matizó.
"Jesucristo era socialista"
Durante la media hora que estuvo en la Puerta del Sol, Rafael Simancas atendió a todo aquel que se le acercó. Un hombre le pidió que el metro llegase hasta Navalcarnero, una anciana se quejó de la cantidad de horas que había pasado en el médico, otra le explicó la poca atención que sufrían los mayores.
Y entre preguntas y quejas, el candidato propinó besos y apretones de mano a diestro y siniestro. "Ésta es una prueba práctica de cómo se hace la campaña", repitió en varias ocasiones.
José Ródenas, de 77 años, abordó al aspirante y tras contarle que su padre fue el jefe de los socialistas de Alicante durante la Guerra Civil, le dijo: "¿Sabe cuál es el mayor secreto que mi padre me contó?: que el socialista más grande del mundo fue Jesucristo". "Es una forma de interpretar la historia", contestó Simancas poco convencido.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 10 de mayo de 2003