Estamos viendo en la televisión cómo muchas personas lloran a sus muertos en las fosas comunes de la cárceles iraquíes. Muchos de estos asesinados por el régimen de Sadam Husein eran presos políticos con el único crimen de pensar libremente e intentar la justicia. Todos nos sentimos dolidos por estas imágenes que nos informan de la barbarie de la represión.
Pero, por otro lado, nos recuerdan dichas imágenes situacines igualmente vividas en nuestro país. La dictadura franquista arrasó con una generación de españoles de miras abiertas y, sobre todo, demócratas. Estos muertos se lloraron en su momento de manera silenciosa por los familiares supervivientes a la barbarie fascista.
Ahora, con un país democrático, poca o ninguna es la información que dedican los medios a esta masacre, sólo algunos artistas nos han mostrado este momento de la historia de España a través del cine. Ésta es una situación impensable, desastrosa y vergonzosa en un país supuestamente moderno y europeo. Pero lo más aberrante es la actitud nula del Gobierno ante este pasado reciente. Son muchas las familias que aún recuerdan con tristeza e impotencia la masacre franquista y el obligado exilio; nadie les ha ayudado a encontrar a sus familiares, nadie ha intentado solventar esta terrible situación.
Una cortina de humo se ha levantado durante nuestra joven democracia sobre este genocidio a manos de la dictadura de Franco; ya es hora de que España conozca su verdadera historia, ya es hora de juzgar a los asesinos. Por la justicia, por la libertad, por la democracia, por la verdad.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 10 de mayo de 2003