Yo apenas utilizo el coche. Lo saco algún fin de semana para ir al cine por la tarde o por la noche, cuando el tráfico es más relajado. Aparco donde puedo, como todos los demás, en lugares que no entorpecen el tráfico, y sistemáticamente me brean a multas.
Lo que me pregunto con insistencia es por qué se me penaliza de esta manera por ir al cine cuando a los asistentes al Santiago Bernabéu se les permite aparcar donde quieran (en la acera, formando hileras en el centro de una calle, cortando la entrada a vías rápidas...), incluso en días laborables, cuando el atasco que se organiza impide la normalidad a todos los que vivimos en las proximidades. En estos casos, la DGT no multa a nadie.
Pagaré la multa, qué le vamos a hacer, pero no dejo de pensar que son muchos los privilegios del fútbol en este país.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 11 de mayo de 2003