Hasta ahora pensaba que el mejor agente electoral de PSOE en estas selecciones era Aznar.
Amplío esta consideración a los responsables del rotundo fracaso que cosechó el PP en su mitin de Mestalla. Un fracaso que no es el fin pero sí el principio del fin del ciclo político popular, puesto que no sólo evidencia palmariamente su falta de capacidad de convocatoria sino, lo que es peor, la desmovilización de su electorado. Cunde el desánimo en las filas populares, que no podían tener peor arranque de campaña. Los tambores de guerra han sido el preludio del cambio que se avecina.
Pero a mi no me interesa tanto el vacío en las gradas -los dioses ciegan a quienes quieren perder- como el vacío, el inmenso vacío democrático que caracteriza estas elecciones marcadas por la actuación sectaria de los medios de comunicación públicos controlados por el PP. La manipulación informativa de Canal 9 pasará, además de a la historia universal de la infamia, a los anales de la desvergüenza periodística, de la carencia absoluta de deontología, de la falta de respeto a la ley que creó RTVV, a la pluralidad política en definitiva.
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Cuando la ocultación de los hechos, la tergiversación, el uso deliberado de la mentira, es norma consciente y sistemática -como está ocurriendo con los informativos de la TV pública, para la que sólo existe Camps y el PP-, la regeneración de la vida política no es una simple opción, es una necesidad imperiosa.
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Segundo Bru es portavoz del PSOE en las comisiones de Economía y Presupuestos del Senado
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 12 de mayo de 2003