"No, no soy partidario de limitar el ejercicio de la prostitución a lugares acotados de la vía pública, ni siquiera como solución provisional. Quiero que la prostitución deje de ejercerse en la calle. Igual que está prohibido vender periódicos fuera de los quioscos, o paraguas, o ropa -porque hay una ordenanza que impide realizar cualquier actividad comercial en la vía pública sin licencia-, hay que prohibir la prostitución (y también la contratación del servicio) fuera de locales cerrados. Creo que la obligación del Ayuntamiento es lograr que las prostitutas puedan elegir dejar ese trabajo, sacarlas del mundo de las mafias y la explotación. Sólo cuando la prostitución sea una profesión voluntaria podrá regularse su ejercicio".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 12 de mayo de 2003