"No. Crear un gueto urbano, un área reservada para el ejercicio de la prostitución, es un planteamiento tan antiguo como el de los barrios chinos que antaño existían en todas las grandes capitales".
"Como mujer, me produce rechazo regular el ejercicio de una actividad denigrante para la dignidad de las personas. Pero como político no puedo cerrar los ojos a una realidad social, por más dolorosa que ésta me resulte. En consecuencia, regularé el ejercicio de la prostitución en Madrid, en locales cerrados y no en la vía pública, con las debidas garantías higiénicas y sanitarias. Desde el Ayuntamiento hay que ofrecer ayudas y alternativas a quienes quieran abandonar la prostitución".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 12 de mayo de 2003