Defendemos el actual emplazamiento de la estación de autobuses porque parece que puede ayudar algo al pequeño comercio. Pero sí creemos que una apuesta de futuro decidida es una estación intermodal de comunicaciones (autobuses y ferrocarril) en la periferia de las ciudades para que repercuta lo menos posible en contaminación acústica y ambiental y en problemas de tráfico. Pero, eso sí, con billetes doble. Y además ese espacio público no debe perderse.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 13 de mayo de 2003