José María Aznar se reunió ayer con más de 2.000 discapacitados en Madrid para comunicarles que el próximo viernes el Gobierno aprobará una nueva ley, que sustituye a la vigente, de 1982, que recoge las reclamaciones de las asociaciones que representan a estas personas. El anuncio fue muy aplaudido por los reunidos ayer en el polideportivo de la ONCE.
Lo que quizá no esperaba Aznar es que el presidente del CERMI, Mario García, le asegurara allí mismo que quieren "dejar de ser sujetos dependientes" y reclaman ser "considerados ciudadanos de pleno derecho". El CERMI agrupa todas las asociaciones de discapacitados de España y su presidente exigió que los partidos "faciliten la presencia de personas con discapacidad en las listas electorales".Aznar recogió el testigo: "Por mi parte, caminos abiertos a la representación (...) En las generales, ya me ocuparé yo de que haya", se comprometió. En las generales de 2004 Aznar no se presentará. Lo reiteró ayer. "De momento, mi plaza de diputado va a estar vacante". Pero, pese a ello, presumió de que mantendrá una apreciable capacidad de influencia en la elaboración de las listas.
El CERMI calcula que hay 3,5 millones de españoles con algún grado de discapacidad. El presidente del Gobierno les dijo que la ley de discapacidad que aprobará el viernes recoge sus reclamaciones y que el Gobierno está estudiando exigencias personales -como la jubilación anticipada para quienes sufren una discapacidad del 65% o más- o de sus organizaciones -la regulación del juego o la "estabilidad económica y jurídica de la ONCE"-.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 13 de mayo de 2003