Fuimos muchos los que estuvimos pendientes del debate entre los candidatos a la Comunidad que ofrecía Telemadrid. Y no es para menos, pues los próximos cuatro años serán decisivos para hacer despegar hacia el progreso a nuestra Comunidad y convertirnos por derecho propio en una de las regiones líderes de Europa.
Curiosamente, los candidatos de la izquierda no parecían tener clara la relevancia del momento que estamos viviendo, pues tanto Fausto Fernández como Rafael Simancas se limitaron a criticar el Gobierno de Ruiz-Gallardón y a hacer un repaso de los problemas que hay que atender desde la Administración autonómica sin comprometerse a nada y sin dar ideas concretas para el futuro.
Sólo Esperanza Aguirre avaló con su palabra promesas específicas, como la creación de siete nuevos hospitales, 50 centros de salud y 50.000 nuevas plazas para guarderías. Y además demostró que es una mujer valiente.- Sergio Casado de Pablos
Se ha destacado la importancia de la batalla por Madrid en el contexto de las próximas elecciones municipales y autonómicas del próximo 25 de mayo. Pues bien, el debate que el pasado domingo emitió la cadena autonómica Telemadrid entre los tres candidatos a la alcaldía de la capital volvió a demostrar la talla política de Alberto Ruiz-Gallardón.
El candidato popular vapuleó de cabo a rabo a una inexperta e incoherente Trinidad Jiménez, candidata socialista, y tuvo la habilidad de ofrecer un proyecto apasionante y vanguardista para la ciudad. El debate permitió comprobar la escasa consistencia del programa de la oposición frente a un Alberto Ruiz-Gallardón convincente, ilusionante (que no ilusionista) e infinitamente mejor que sus dos rivales. El espectáculo de Jiménez hablando de la guerra de Irak y del decretazo cuando ya parecía asumir la derrota fue ciertamente lamentable. ¿Se estará arrepintiendo Zapatero de su apuesta por Trinidad Jiménez?
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 13 de mayo de 2003