Luisa Lacambra se está acostumbrando a ver su barrio por televisión. En los programas de sucesos y crónica negra, eso sí. La criminalidad se ha cebado con Tetuán, pero Luisa cree que menos que lo que se refleja en los medios: "Esto es mucho más tranquilo de esas riñas y apuñalamientos de los que hablan por la tele", comenta Luisa, quien gusta de pasear por Bravo Murillo con su marido, "pero sólo durante el día, que por la noche esto se pone peligroso".
Luisa, que lleva más de cincuenta años viviendo en la calle Pamplona con su marido Octavio, dice que necesita "fugarse" de vez en cuando a casa de su hija en la Dehesa de la Villa. ¿La razón? Escapar de la contaminación que el tráfico lanza a la calle Bravo Murillo.
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"Por lo menos vivimos en pleno centro, y tenemos todo lo que necesitamos a la puerta de casa...", comenta Luisa. "Sobre todo, el mercado; que no hay quien la saque de allí", tercia su esposo Octavio.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 13 de mayo de 2003