El Partido Popular abrió la espita de las manifestaciones críticas con los inmigrantes de las nuevas oleadas. Alberto Fernández Díaz, candidato del PP a la alcaldía de Barcelona, se declaró anteayer partidario de la reforma del empadronamiento en la capital catalana para dejar así de prestar servicios sociales a los inmigrantes. Ayer Convergència i Unió, por medio de su secretario general, Josep Antoni Duran Lleida, se sumó a esta posición, aunque matizándola. Duran advirtió del riesgo de que la inmigración "desfigure" Cataluña si se les concede a los inmigrantes derecho de voto y pidió para la Generalitat competencias para poder fijar el cupo de inmigrantes extranjeros.
La candidata de Iniciativa per Catalunya Verds, Imma Mayol, contraatacó afirmando ue el PP criminaliza a los extranjeros y pobres para contentar a la extrema derecha.
En términos parecidos se expresó SOS Racisme, que tachó la campaña de los populares de "xenófoba y populista". "Alberto Fernández Díaz está haciendo una campaña electoral basada en la utilización de personas inmigradas como chivo expiatorio de los problemas de nuestras ciudades, fomentando una vez más el racismo social", según la citada organización.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 14 de mayo de 2003