Tras haberse enzarzado con Pasqual Maragall acerca de la integración o no integración en Cataluña de la inmigración española del siglo XX, el secretario general de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, abordó ayer el reto que representa la actual oleada de inmigración europea y africana. Duran expresó claramente los recelos de los nacionalistas ante este nuevo desafío y advirtió del riesgo de que la nueva inmigración "desfigure" la personalidad de Cataluña si se le concede derecho de voto en las municipales. La lengua y la cultura catalana deben ser, según Duran, un referente para ellos.
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Si la Generalitat no dispone de mecanismos de control sobre los flujos de inmigración extranjera, explicó ayer Duran Lleida, alguien tiene esa llave en su mano. Ese alguien es el Gobierno central, agregó, y lo que podría suceder es que estuviera interesado en dirigir hacia Cataluña cierto tipo de inmigrantes, los más dificiles de integrar.
Duran escogió la comarca del Maresme, en la que se han instalada muchos inmigrantes africanos, para lanzar el debate sobre el tratamiento que los nacionalistas quieren dar a la inmigración extranjera. Este tratamiento requiere el traspaso de algunas competencias a la Generalitat y la reforma de la Ley de Extranjería.
La posición puede resumirse en tres puntos: 1. La Generalitat ha de poder fijar el cupo de inmigrantes extranjeros, que ahora determina el Gobierno central, y ha de disponer de la facultad de canalizarlo desde los países de origen. 2. El registro de entidades religiosas que depende del Ministerio de Justicia ha de pasar a la Generalitat, porque ése es un instrumento muy importante a la hora de establecer la interlocución con los colectivos de inmigrantes, en particular los de religión musulmana. 3. La deseable integración de los inmigrantes extranjeros en Cataluña requiere que "la lengua y la cultura catalana sean un referente" para ellos.
Duran no incluyó el voto en las elecciones municipales como un mecanismo de integración de los inmigrantes. "No somos partidarios de que [los inmigrantes extranjeros] tengan voto en las elecciones municipales", dijo, "porque podrían desfigurar la personalidad de los municipios en los que representan el 10% o el 15% de la población, e incluso la de Cataluña".
Aunque CiU ha dado su apoyo a la Carta Municipal de Barcelona, que sí preconiza el voto municipal de los extranjeros empadronados y en situación legal, Duran dijo que en todo caso sólo debería concederse "pasado un tiempo" de estancia, que no precisó, y que tendría que ser decidido de común acuerdo por todos los partidos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 14 de mayo de 2003