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El administrador de EE UU inicia su labor en Irak entre la inseguridad y el descontrol

El líder chií Al Hakin anuncia que no aceptará la creación de un Estado laico

El nuevo administrador estadounidense para Irak, Paul Bremer, de 61 años, comenzó ayer oficialmente su labor de tratar de poner en orden un país en el que, a medida que pasan los días, aumentan la anarquía y el descontrol de las bandas armadas de delincuentes organizados. Su primer acto público tuvo que ser suspendido por el atentado contra ciudadanos extranjeros en Riad (Arabia Saudí). A pesar de ello, en Bagdad no se reforzaron las medidas de seguridad en las zonas controladas por las tropas estadounidenses.

Bremer, diplomático de carrera y experto en situaciones de crisis, deberá trabajar contrarreloj para intentar garantizar la seguridad en las carreteras iraquíes y en Bagdad, donde los saqueos e incendios se han vuelto a generalizar y, según cifras oficiales, cada día se roban a punta de Kaláshnikov más de 30 vehículos a plena luz. "Por las noches la situación es peor", señalan militares de EE UU encargados de las patrullas nocturnas. Barrios enteros, como Sadam City, son feudo de las bandas organizadas.

Ayer un soldado estadounidense que patrullaba por una calle adyacente al barrio fue herido de un disparo. Varias ONG han denunciado el robo de sus coches y en algunos hospitales los médicos operan con guardias discretamente armados a las puertas de los quirófanos.

Aunque la llegada de Bremen supone la defenestración del hasta el lunes máximo responsable de la Administración civil de EE UU en Irak, el ex general Jay Garner, fuentes estadounidenses en la capital confirmaron que éste permanecerá algunas semanas más trabajando en el país.

Por la mañana, desde Nayaf, la capital espiritual de los chiíes, el líder del Consejo de la Revolución Islámica en Irak, Mohamed Baqer al Hakim, anunciaba que no aceptará la creación de un Estado laico porque "no respeta a las religiones". Al Hakim subrayó su deseo de que el nuevo Estado sea democrático y con una clara separación de poderes, pero añadió que todas las religiones deben de estar representadas.

El líder chií, que se declaró dispuesto a asumir labores de dirección "si el pueblo lo decide", advirtió de la posibilidad real de un "estallido social" si no se forma inmediatamente un Gobierno que represente a los iraquíes. Al Hakim aseguró que está dispuesto a reconocer el papel de la mujer en la nueva sociedad iraquí. "Al fin y al cabo, las mujeres son la mitad de la sociedad y son tan inteligentes como los hombres". El ayatolá subrayó que las mujeres iraquíes no se limitarán a votar, sino que espera que sean elegidas para desempeñar cargos. En Nayaf, controlada por los islamistas chiíes, no se ve por la calle a ninguna mujer con la cabeza descubierta.

[Por otra parte, soldados de EE UU detuvieron ayer a Mahmud Gharib, líder del partido Baaz y número 28 en la baraja de los más buscados. Es el detenido número 21 del antiguo régimen. Además, las tropas estadounidenses del norte de Irak han informado del hallazgo de un posible laboratorio móvil en construcción para la producción de armas biológicas. Además, el ministro de Sanidad provisional designado por EE UU, Alí Shenan al Janabi, dimitió ayer por sus conexiones con el antiguo partido Baaz].

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 14 de mayo de 2003