El Banco Mundial quiere el amparo de una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU para participar en la reconstrucción de Irak. Así se lo trasladó el pasado lunes en Madrid el presidente de este organismo multilareal de crédito, James Wolfensohn, al jefe del Gobierno español, José María Aznar, y al vicepresidente económico Rodrigo Rato.
El Banco Mundial tiene previsto enviar en las próximas semanas a Bagdad una misión con el objetivo de evaluar sobre el terreno las necesidades financieras del país y se propone celebrar en junio una reunión, probablemente en Ginebra (Suiza), que debería dar luz verde al plan de reconstrucción. Dicha reunión sería el preámbulo de la conferencia de donantes que, ya después del verano, concretaría las aportaciones económicas tanto bilaterales como multilaterales.
Pero antes de dar estos pasos, Wolfensohn quiere que la comunidad internacional recupere el consenso, para evitar que se traslade al Banco Mundial la división que la guerra de Irak porovocó en Naciones Unidas.
El secretario de Estado de Comercio, Juan Costa, presentó ayer un informe de su departamento que cifra en 19.515 millones de dólares el coste de la reconstrucción de Irak en los próximos dos años y en 74.965 millones en la próxima década. A ellos habría que añadir 10.820 millones anuales de funcionamiento de la Administración pública.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 14 de mayo de 2003