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China amplía a todo el país las medidas de control de la neumonía

Un Nobel se pone el frente de una unidad militar de guerra bacteriológica en Taiwan

Las autoridades chinas están implantando por todo el país estrictas medidas para evitar la propagación de la neumonía atípica, que ha provocado 5.086 infectados y 262 fallecidos en China. Conforme el número de casos crece, la lucha contra el virus se extiende por las provincias y las propias comunidades de vecinos ejercen la vigilancia. El resultado son pueblos aislados, viajeros sometidos a cuarentena y una estricta supervisión de quienes se desplazan por China.

En la vecina Taiwan, su presidente, Chen Shui-bian, ha movilizado contra el virus una unidad de guerra antibacteriológica, encargada de tareas defensivas, a cuyo frente ha puesto al premio Nobel 1986 de Química, Lee Yuan-tseh. Taiwan ha registrado ya 25 muertos y 220 casos de neumonía y las autoridades temen que se pueda haber desencadenado otro brote hospitalario en la ciudad de Kaoshiung donde ayer había dos pacientes y diez enfermeras con síntomas.

En China, el Gobierno asumió el 20 de abril la magnitud de la epidemia y reconoció que sólo en Pekín había más de 300 afectados, frente a los 37 que había declarado hasta entonces. Casi un mes después la lucha contra el mal se ha propagado más rápido que el virus, y convierte el país en un panel de abejas donde pasar de una celdilla a otra es cada vez más difícil.

La provincia de Hebei, que rodea a Pekín, ha establecido controles en las entradas, donde desinfecta los vehículos y mide la temperatura de los viajeros. "El objetivo es localizar a cualquiera que pueda estar enfermo", explicó ayer James Maguire, de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Un ejemplo de cómo se protege esta provincia de 67 millones es la ciudad de Baoding, adonde según la OMS han regresado en las últimas semanas unas 250.000 personas, huyendo de la neumonía o por las vacaciones del 1 de mayo. Las autoridades han establecido una vigilancia basada en las comunidades locales, en las que voluntarios (uno por cada 10 familias) comprueban si hay emigrantes que han vuelto recientemente o si alguien tiene síntomas. Quienes regresan son obligados a aislarse en casa 15 días y a tomarse la temperatura tres veces diarias.

Las comunidades de vecinos o de calle constituyen el nivel más bajo de administración de pueblos y ciudades. Integradas por residentes locales, han sido utilizadas para el control de la criminalidad y de la disidencia. Un indicador de hasta qué punto se han interrumpido los viajes es que el número de pasajeros en la estación de Zhangjiakou, otra de las principales ciudades de Hebei, ha pasado de 30.000 al día a 6.000.

En Taiyuan (tres millones de habitantes), capital Shanxi (33 millones), los pasajeros que llegan en tren de Pekín, donde en la estación se les mide dos veces la temperatura, son hospitalizados si ningún vecino ha ido a buscarles.

El Gobierno español recomendó ayer no viajar a las regiones chinas de Tianjin, Hebei y Jilin, además de mantener la misma advertencia en relación con Pekín, Guangdong, Hong Kong, Mongolia Interior, Shaxi y, fuera de China, Singapur y Taiwán.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 14 de mayo de 2003