Geremi, en el Olímpico de Múnich, en 2001; Iván Campo, en Old Trafford, en 2000; McManaman, en Old Trafford, en 2003; Morientes, en el Bernabéu, en 2003, y Cambiasso, en Delle Alpi, ayer, contra el Juventus. Desde que Vicente del Bosque dirige al Madrid, en las fases finales de la Liga de Campeones siempre guarda un puesto a futbolistas en los que ha confiado poco o nada a lo largo de la temporada. En los partidos cruciales siempre ha puesto a uno con el que no habría contado en situaciones normales. A veces, por razones de fuerza mayor; a veces, por motivos sólo conocidos por él. A Cambiasso le tocó el turno ayer. Formó el doble pivote con Flavio por delante de la defensa.
"Ha pesado muchísimo más lo estable que se ha jugado durante toda la temporada, la normalidad. No podíamos romper, por mucho que fuera una semifinal, lo que habíamos hecho todo el año", dijo el técnico madridista. "Nunca se sabrá lo que hubiera ocurrido de otra forma, pero queríamos insistir en lo que había sido una norma toda la temporada", añadió.
Del Bosque metió a Cambiasso para reemplazar a Makelele, lesionado ante el Recreativo en la Liga. La rotura muscular del francés dejó un hueco en el centro del medio campo, una zona sensible de los madridistas, que han recibido muchos goles en los últimos encuentros. Ese espacio en el que se regula la recuperación del balón entre el medio centro y los dos centrales. Un sitio que ya ocupó Cambiasso en el arranque del curso, pero con éxito decreciente hasta la Copa Intercontinental, a finales de noviembre pasado en Tokio. A partir de la obtención de ese trofeo, Del Bosque perdió la confianza en él. Cambiasso reconoció luego que había perdido fuelle, que entró en un bache y carecía de la resistencia física indispensable para rendir en esa posición.
Pero con esa decisión táctica Del Bosque se encontró con una sorpresa en el rival: "No esperaba un Juventus tan atacante", confesó. Y pese a la eliminación opinó que había sido muy ajustada: "Durante este partido y en la ida hemos tenido opciones hasta el final. El equipo se ha esforzado hasta el último minuto".
Deportivamente, no lamentó las bajas y reconoció la justicia de la clasificación del Juventus: "Cuando un equipo lo consigue en dos partidos es porque se lo merece. Hay que felicitarle y desearle lo mejor".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 15 de mayo de 2003