Juan José Imbroda alcanzó la presidencia de Melilla gracias a una moción de censura. Ahora, al frente de la coalición entre el PP y Unión del Pueblo Melillense, aspira a obtener la mayoría absoluta.
Pregunta
. Usted alcanzó la presidencia tras una moción de censura respaldada, entre otros, por tránsfugas del GIL. Si gana, ¿cómo piensa darles las gracias?
Respuesta. A mí el GIL me propuso ser presidente de la ciudad y lo rechacé. Las gratitudes las marco yo según la respuesta de los compañeros en la gestión.
P. Desde que usted es presidente de la ciudad se ha producido un aluvión de ayudas desde el Gobierno central. ¿Ésa es una ventaja de estar en sintonía con Aznar?
R. La ayuda del Gobierno, más que una recompensa, es la satisfacción de algo que debió hacerse antes pero que no se pudo hacer porque no se dieron las condiciones de estabilidad política necesarias.
P. El motor económico de la ciudad es el llamado "comercio atípico" con Marruecos, una actividad llamada a desaparecer.
R. Este año hemos conseguido que el Estado nos garantice el techo que tuvimos en el impuesto por ese concepto en 2001. Eso nos ha dado una estabilidad presupuestaria enorme.
P. Para paliar el paro, han introducido unos planes de empleo, cuyos beneficiarios adecentan jardines o pintan vallas. ¿No es eso pan para hoy y hambre para mañana?
R. Los que critican esto nunca consiguieron que por lo menos hubiera familias medias que, mediante una ocupación, se formaran y ganaran un sueldo.
P. Dentro de siete años habrá desarme arancelario en Marruecos. ¿Cómo está preparando a la ciudad?
R. Hemos creado alternativas económicas. Por ejemplo, cualquier empresario que venga con un proyecto viable puede obtener a fondo perdido hasta un 40% de la inversión. También estamos trabajando en incentivar y promocionar el turismo.
P. ¿Argelia puede ser una solución para que Melilla no dependa del humor de Marruecos?
R. Melilla puede ser una cabeza de puente de servicios para el Magreb. Cuando el mercado argelino se abra será muy importante para nosotros.
P. Aumenta la presión migratoria, el CETI vuelve a estar saturado, crece la delincuencia. ¿Cómo se propone enfrentar estos retos?
R. ¡No sabe lo que hemos mejorado respecto a los años 96, 97 y 98! La inmigración ya no es el primer problema de Melilla.
P. Les han acusado de maltratar a los menores.
R. No tenemos ninguna condena por maltrato a menores, a pesar de la campaña de desprestigio de alguna ONG.
P. ¿Cómo son sus relaciones con las autoridades marroquíes?
R. No existen. Rabat no acepta oficialmente la españolidad de Melilla y con eso sólo se perjudica a sí mismo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 15 de mayo de 2003