En plena campaña electoral marcada por la seguridad ciudadana como uno de los temas estrella, la violencia xenófoba ha vuelto a la calle. Un juez dejó libres ayer con cargos a 11 personas de estética skin (con las cabezas rapadas) acusadas de apuñalar el pasado día 3 a un magrebí en el barrio de Ca n'Anglada, en Terrassa (Barcelona). Los presuntos agresores fueron detenidos en días posteriores.
Grupos de violentos fueron al citado barrio el pasado día 3 "a la caza" de inmigrantes y lanzaron un cóctel molotov contra un bar en el que se habían refugiado varios de ellos. En este barrio se produjo un brote racista en 1999. La mayoría de los detenidos tienen alrededor de 16 años y son de Terrassa, Sabadell y Barcelona, según la policía.
El afán de venganza y de "dar un escarmiento" ha despertado viejos fantasmas en el tristemente famoso barrio de Ca n'Anglada, en Terrassa. El pasado 21 de abril hubo una pelea entre un grupo de jóvenes en la que estuvieron implicados ciudadanos españoles y magrebíes. La pelea acabó con algunos heridos leves y se instruyeron diligencias en la comisaría de Terrassa.
Pero no todo acabó aquí. Casi dos semanas después, el 3 de mayo, decenas de jóvenes de ideología skinhead, según la Delegación del Gobierno, se congregaron en un aparcamiento y, divididos en grupos, se dirigieron al barrio a la caza de inmigrantes. Querían vengarse e iban equipados con palos, navajas y cócteles molotov. En la plaza de Ca n'Anglada, popularmente conocida como la plaza Roja, encontraron lo que buscaban: un grupo de jóvenes magrebíes. Sin mediar palabra, apuñalaron a uno de ellos. Sus compañeros se refugiaron en un bar y los cabezas rapadas lanzaron otro cóctel molotov al interior.
Agentes del Cuerpo Nacional de Policía detuvieron a 11 de estos jóvenes, que han quedado en libertad con cargos. Uno de ellos es menor de edad. Las edades del grupo oscilan entre los 16 y los 31 años. Nueve son vecinos de Terrassa y dos de Sabadell. Algunos ya tienen antecedentes por delincuencia común y otros por actos violentos.
"Que no se repita"
Según la concejala de seguridad ciudadana de Terrassa, Isabel Castilla, desde que ocurrieron los hechos se ha incrementado la vigilancia policial en el barrio. Algo que ya se hizo hace cuatro años. "Es un barrio muy sensibilizado porque la gente no quiere que se repita lo que pasó entonces". Castilla asegura que en Terrassa no "se ha detectado ningún grupo organizado de skinheads" y achaca los incidentes a "una acción espontánea". Sin embargo, y desde hace meses, algunos colectivos de Terrassa denuncian la existencia de pequeños grupos que agreden a inmigrantes.
Núria Alcalá, que trabaja en el Centro de Información para Extranjeros del sindicato Comisiones Obreras, vivió los incidentes racistas de hace cuatro años. Desde entonces, asegura, magrebíes y españoles pasan tardes en la plaza Roja, "pero siempre por separado; no se comunican", aunque la situación no es la de hace cuatro años: "No escupen a las mujeres magrebíes y tampoco se insultan". Hace un año, durante la fiesta mayor del barrio, hubo otra polémica: un miembro de la Asociación de Vecinos dimitió porque en el programa no se quiso incluir publicidad de algunos comercios de magrebíes.
El Ayuntamiento de Terrassa hizo público ayer un comunicado en el que aplaude las 11 detenciones practicadas por el Cuerpo Nacional de Policía, pero niega que un centenar de personas participara en el ataque contra los magrebíes. Según la nota, el ayuntamiento "desmiente" que se reunieran un centenar de personas en el aparcamiento de un centro comercial de Terrassa desde el que se organizaron en grupos para agredir a ciudadanos magrebíes, tal y como había informado la Jefatura Superior de Policía de Cataluña. Según la policía municipal de Terrassa, que fue el primer cuerpo policial en actuar, fueron una quincena de personas las que se concentraron en ese punto".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 15 de mayo de 2003