Un pintor de 24 años murió a las 12.40 de ayer al precipitarse desde cinco pisos de altura en el patio interior del número 9 de la calle de Campomanes, en Centro. El andamio en el que trabajaba no contaba con barandilla ni con ningún tipo de protección. El fallecido, además, no llevaba arnés de sujeción. Un compañero que se encontraba con él sufrió una crisis nerviosa.
El accidente ocurrió en un patio interior al que también dan dos inmuebles de la Cuesta de Santo Domingo. Uno de estos edificios es la sede del sindicato de enfermería SATSE. Los empleados de SATSE oyeron "un terrible ruido sordo". "Fue tremendo", explicó una trabajadora. Ella fue la primera persona que trató de atender al fallecido. Cuando tocó su brazo, éste no tenía pulso.
Los minutos que siguieron al accidente fueron angustiosos. "A un compañero de la víctima le ha dado un ataque de nervios. Ha mirado abajo y luego se ha quedado quieto y ha empezado a gritar", relató la enfermera. "El andamio es de vergüenza, no tiene ni barandillas. Nos hemos quedado con el alma en vilo, mirándole [al compañero del fallecido] y sin saber qué hacer. No se atrevía ni a subir al tejado ni a bajar".
Al final fueron los bomberos los que rescataron al compañero del fallecido, aún presa de la crisis.
Los empleados del sindicato SATSE criticaron el retraso con el que llegaron las ambulancias al lugar, más de media hora después del accidente. Ningún miembro de la empresa del fallecido quiso hablar con este diario. Sólo uno balbuceó que el fallecido era "un gran chico" y que vivía en Alcalá de Henares.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 15 de mayo de 2003