"No sólo soy partidario. Me comprometo a trabajar intensamente contra esta lacra social. Los supermercados de la droga son guetos de marginalidad, en los que conviven la falta de expectativas y el abandono de los poderes públicos, con una forma de subsistencia basada en la obtención de dinero fácil. Un caldo de cultivo para todo tipo de delincuencia y un ambiente idílico para los traficantes de droga".
"En cuanto a la atención a los toxicómanos, víctimas de la droga, vamos a aplicar todas las medidas conocidas y aquellas que se encuentren en la vanguardia de la lucha contra la drogadicción hasta lograr el abandono del consumo y la plena integración social".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 15 de mayo de 2003