El Parlamento Europeo aprobó ayer en Estrasburgo el proyecto de directiva sobre responsabilidad medioambiental en unos términos mucho más ambiciosos, duros y contundentes que los propuestos por la Comisión Europea. El objetivo de la futura normativa comunitaria es anclar definitivamente en la Unión Europea el principio de "quien contamina paga" y poner fin al vacío legal que permite a los contaminadores eludir sus responsabilidades a la hora de prevenir accidentes o de reparar los daños causados por las catástrofes. Los ministros europeos de Medio Ambiente deben dar su bendición al texto para que pueda entrar en vigor.
La votación fue muy ajustada y mostró un claro enfrentamiento entre socialistas -más ambiciosos- y populares europeos. Con el voto en contra de este último grupo, la Eurocámara aprobó una enmienda que amplía el ámbito de aplicación de la directiva "a todo daño ambiental causado o que pueda haber sido causado por el desempeño de cualquier actividad ocupacional" con sustancias peligrosas. La Comisión Europea había propuesto un campo de acción limitado a unos sectores concretos, entre ellos el transporte de sustancias peligrosas, nuclear o la biotecnología.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 15 de mayo de 2003