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BALONCESTO | LIGA ACB

El Madrid se complica su pase a la fase final

Un partido desastroso hunde al Madrid en el fango de la Liga. Por primera vez en su historia corre peligro, a falta de una jornada, de no disputar la fase final al título. Hay merecimientos en tan pobre bagaje de los blancos, un equipo desmembrado, alocado, que únicamente puede recurrir al tesón para salir adelante. Cuando lo hace, la dependencia de la suerte resulta apremiante. Ayer lo demostró: le faltó juego, le faltó tino y no encontró suerte.

REAL MADRID 72 - AUNA CANARIAS 75

Real Madrid: Victoriano (4), Mulaomerovic (11), Herreros (16), Alston (22), Reyes (6) -cinco inicial-, Angulo (3), Tarlac (5), Mumbru (2) y Núñez (3).

Auna: Martínez (4), Larrañaga (10), Moran, Guillén (19), Eley (8) -cinco inicial -, Montas (13), Guerra (4), Klein (8), Brabender (7) y Rodríguez (2).

Arbitros: Mitjana, Gallo y Rosado.

Unos 5.000 espectadores en el pabellón Raimundo Saporta.

Los blancos comenzaron bien gracias al acierto de Alston en el juego interior. Sólo él parece capaz de limpiar la mugre del hacer madridista, pero su aportación no fue suficiente. Los de Imbroda se perdieron en batallas particulares, aunque su jugador Herreros batió el récord de puntos de la historia de la ACB al sumar 8.984, marca que tenía Villacampa con 8.979, pero no pudo acoplarse al juego de sus compañeros. Estuvo lesionado a causa de un fuerte golpe gran parte del encuentro, y cuando regresó, en el último trecho, apenas pudo mostrar orden en un equipo abocado al despropósito.

Todas las debilidades del Madrid se convierten en virtudes en el Auna. Los de Pedro Martínez asumen con convicción la etiqueta de revelación de la temporada con un juego basado en la identidad colectiva. Le bastó eso y un poco de aplomo para vencer. De hecho, en el descanso, adquirió una ventaja de cinco puntos, en gran medida por la actuación de su pivot Guillén, de quien luego no se supo nada. Sólo debían los isleños resistir la embestida del Madrid tras la reanudación. Con Alston, de nuevo, Javier Imbroda y los suyos, se permitieron el lujo de rozar la fase final. Pero como el Madrid no está para vivir tranquilo, como se olvidó de que en el juego interior doblegaba siempre a la defensa del Auna, afrontó el tramo final con la soga al cuello. Un triple de Larrañaga y dos puntos de Guerra catapultaron a los grancanarios y hundieron al Madrid.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 16 de mayo de 2003