La recesión fue confirmada oficialmente ayer en Holanda por la Oficina Central de Estadística al anunciar que la economía nacional había descendido un 0,3% en el primer trimestre del año. En los tres últimos meses de 2002 el PIB bajó a su vez un 0,2%. La reducción es debida, sobre todo, a la disminución en un 6,2% de las inversiones del sector de la construcción y la maquinaria pesada que el mismo necesita. Estadística atribuye dicha mengua a la paralización de "una serie de grandes proyectos" y también al escaso desembolso efectuado por el consumidor.
Apenas el pasado miércoles, la democracia cristiana y los dos partidos liberales cerraron el acuerdo presupuestario que les permitirá escoger en breve a los miembros del gabinete de centro-derecha recién pactado. El futuro trío gobernante piensa ahorrar 15.000 millones de euros y, a pesar de sus promesas electorales en sentido contrario, efectuará reducciones fiscales en los intereses hipotecarios.
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A pesar de los sombríos cálculos presentados por los expertos de Estadística, el Ministerio de Finanzas ha asegurado que no piensa retocar de momento los presupuestos nacionales. Por su parte, la oposición socialdemócrata se apresuró a subrayar que incluso si la economía empieza a encarrilarse, "los efectos presupuestarios de la actual recesión se notarán durante varios años; sobre todo en el aumento del paro". Algunos analistas económicos añadieron otra nota oscura al poner en duda que la economía crezca, como calcula la propia oficina de Estadística, un 0,75% en el conjunto de este año. El banco de negocios Stanley Morgan había aventurado un crecimiento cero, pero no descarta que las cifras acaben "en negativo".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 16 de mayo de 2003