Eduardo Chillida abre hoy las puertas de su caserío de Zabalaga, en Hernani (Guipúzcoa), para mostrar sus más de 50 años de artista. Chillida-leku, el lugar elegido por el escultor para mostrar su forma de entender el arte en la tierra que le vio nacer, alberga 40 esculturas al aire libre y 60 obras en el interior. Chillida mostrará así su colección particular, atesorada con mimo por su esposa, Pilar Belzunce, durante 20 años y enriquecida con piezas compradas por el escultor para no obviar ninguna etapa de su carrera. Su familia mantendrá "para siempre" Chillida-leku como lo pensó el escultor, que adquirió Zabalaga, un caserío del siglo XVI, en 1982 y se volcó en transformarlo para acoger su obra como escultor, grabador y dibujante.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 16 de mayo de 2003