Estudio de V. Bron y B. Olimpiev. Shajmati URSS, 1970.
El ajedrez sufre las comparaciones más peregrinas, que van desde la música al boxeo. En este caso concreto, la solución de este hermoso estudio recuerda una estratagema de guerra muy precisamente planeada: las blancas ganan, pero sólo si son capaces de realizar, con exactitud matemática, los pasos precisos en el momento preciso. En una primera, las blancas se las ingenian para paralizar el flanco de rey del enemigo: 1 g7, Tg5 / 2 h4 (el avance de los peones blancos tiene el doble objetivo de quitar a la torre el cuadro g6 y bloquear el peón de h6) 2... Tg6 (no importa a qué casilla vaya la torre, siempre se llega a la misma posición; por ejemplo, 2... Tg2 / 3 Rf1, Tg4 / 4 h3, etcétera) / 3 h5, Tg4 / 4 h3, Tg5 / 5 h4, Tg4 / 6 Cf6!, T - g7 / 7 Rf2 y la torre no tiene casilla, pero también el rey y el caballo blanco están inmóviles para mantener la parálisis. Está claro que el arma de victoria es el peón de c2, ya que el rey negro debe permanecer en la octava a tiro de la casilla c8, ya que el cuadro c7 está vedado por el doble en e8. Los pasos del infante blanco deben ser extremadamente exactos; por ejemplo, después de 7... Rd8, que es forzada, si 8 c4, Rc8 / 9 c5, Rb8 / 10 c6, Ra8! / 11 c7, Tg2 j.! y tablas por ahogado, y si en vez de 11 c7 se juega 11 e4, Rb8 / 12 c7 j., Rc8, las blancas están en zug-zwang. El movimiento preciso y ganador tiene la belleza de una pequeña obra de orfebrería: 8 c3!!, Rc8 / 9 c4, Rb8 / 10 c5, Ra8 / 11 c6, Rb8 / 12 c7 j., Rc8 / 13 e4 y ahora son las negras las que están en zug-zwang: deben jugar 13... R - c7 / 14 Ce8 j. y 15 C - g7, o bien jugar su torre y perderla. Un monumento a la fineza y la exactitud.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 17 de mayo de 2003