Estados Unidos reconoce que podría tardar "meses, si no años", en encontrar armas de destrucción masiva en Irak, algo que en opinión de los expertos está minando su prestigio internacional. "Necesitamos enviar a los inspectores de la ONU, porque EE UU se enfrenta a un problema de credibilidad", declaró a Efe Charles Ferguson, un físico experto en armas de destrucción masiva del Centro de Estudios sobre la No Proliferación, un instituto independiente. Cinco semanas después de que las tropas estadounidenses entraran en Bagdad, EE UU no ha encontrado ni rastro de los cientos de toneladas de armas químicas y otros armamentos de destrucción masiva que dijo que el régimen de Sadam Husein tenía y que fueron su principal justificación para invadir el país árabe.
Estados Unidos dio poco más de cuatro meses a los inspectores de la ONU para encontrar las armas prohibidas antes de lanzar la guerra, el 20 de marzo. Tampoco ha descubierto nada su propio equipo de investigadores, que está apoyado por sus fuerzas armadas y contará con 1.300 personas en las próximas semanas, un contingente mucho mayor que el que envió la ONU antes de la guerra. Aun así, Washington no ha permitido hasta ahora la entrada de inspectores de la ONU, con el argumento de que usar sus propios expertos es "más eficiente", en palabras del portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer. Pero el Pentágono reconoció que es posible que no se den resultados a corto plazo. El subsecretario de Defensa para Política, Douglas Feith, dijo el pasado jueves, en una audiencia ante el Comité de Relaciones Internacionales de la Cámara de Representantes, que se puede tardar "meses o quizás años" en tener una descripción clara de los programas de armas de destrucción masiva de Irak. Esta afirmación contrasta con las advertencias reiteradas por Washington antes de la guerra de que las armas ilegales que Bagdad presuntamente poseía representaban una amenaza inminente para EE UU.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 17 de mayo de 2003