La Vanguardia comentó el evento. Jordi Barbeta, su redactor jefe de político, opinó en una crónica informativa que el líder del PSC "se puso a jugar con la cristalería" y distorsionó la campaña "con un asunto que no viene a cuento". Xavier Bru de Sala, en un artículo de opinión en el que relataba la historia de su familia desde el siglo XIV, escribió: "El disparate de Maragall es de igual o mayor calibre, y ya verán como despierta indiferencia, cuando no entusiamo, en la coral mediática afín, y una cierta indulgencia en la contraria. Hasta que la sociovergencia en peso no se le eche un día encima y en serio, y esta vez se lo merece, Maragall seguirá sin tener conciencia de los límites".
"El desbarre del domingo de Maragall no ha provocado el escándalo que en un país normal debería haber provocado", sentenció Marçal Sintes en Avui
. En el mismo diario, el sociólogo Salvador Cardús ofreció un artículo significativamente titulado ¿Por qué Maragall inventa inmigrantes?
Josep Ramoneda escribió en EL PAÍS: "La impertinencia de Maragall (...) tiene la virtud de tocar un problema central: la no integración política de una parte importante de la ciudadanía catalana (...). Es éste un enorme fracaso de la gestión de Jordi Pujol, que no ha conseguido -o no ha querido conseguir- que la Generalitat fuera asumida como una institución de todos".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 18 de mayo de 2003