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OPINIÓN DEL LECTOR

La otra Comunidad Valenciana

El pasado día 15, en este diario, leí un artículo titulado No hay que tenerle miedo a la libertad, firmado por Alicia de Miguel. En principio me causó curiosidad, después sorpresa y al final entusiasmo. Me explicaré: yo también vivo en un sitio que se denomina Comunidad Valenciana, pero, para mi desgracia, es lo único que tiene en común con la que disfruta De Miguel (bueno, también aquí gobierna un PP, pero radicalmente diferente). De hecho, en mi CV, tras ocho años de sufrir un gobierno especialmente incompetente, resulta que la deuda per cápita es astronómica, en tanto se dilapida el dinero en proyectos especulativos y autopropaganda. En la enseñanza pública, los niños van a barracones mientras el gobierno que sufrimos se autofelicita porque dice que va a construir colegios que no construye; la situación de la sanidad es patética; los ancianos deben pagar sumas escandalosas en residencias privadas (es lo que hay); crece el desempleo y la precariedad; los impuestos (no sólo existe el IRPF) crecen como la espuma; y, en fin, me temo que la actual cuadrilla de dirigentes , autocomplaciente, planea continuar por la misma senda (al fin y al cabo, no les va mal).

El artículo de De Miguel, sin embargo, me abre una puerta a la esperanza. Toda vez que ella vive en una CV de cuento de hadas, el negativo de la que yo sufro, ¿tengo alguna posibilidad de ser aceptado, como asilado, en la suya? En su caso, ¿me tratarán como a una persona y no en la forma desconsiderada y las más de las veces humillante en que tratan en mi comunidad a los inmigrantes? Suyo afectísimo, su seguro servidor.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 18 de mayo de 2003