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COLUMNA

Vacunas

La semana pasada se habló en Valencia de vacunas , en un encuentro internacional sobre el estado de las investigaciones para inmunizar contra el sida, contra diferentes tipos de cánceres, contra la neumonía asiática... Una panorámica interesante aunque eurocentrista, muy enfocada hacia los problemas de las sociedades opulentas que pueden permitirse el lujo de distraer recursos buscando ahorrarse incluso la minúscula pupa del pinchazo. Pocas referencias a los países pobres y sus problemas específicos.

También se presentaba un nuevo librito de la serie Minor, del Consell Valencià de Cultura. No exenta de un cierto aroma oportunista al hablar de terrorismo biológico, contiene la obra de López Piñero y Bueno un indudable valor divulgativo, necesario dada la pertinaz ignorancia de los valencianos acerca de nuestra Historia de la Ciencia.

Se nos cuenta en la primera parte la gran aventura protagonizada por el cirujano alicantino Francisco Javier Balmis Berenguer, que en 1803 zarpó de A Coruña en una expedición filantrópica para extender por América la vacuna contra la viruela, ya probada en convictos y que soportaba fresca el viaje al ser inoculada sucesivamente en varios grupos de hospicianos. En la variolización preventiva los chinos nos llevaban ocho siglos, pero entonces España estaba a la vanguardia científica y brillaban especialmente los doctores valencianos Balmis, Ferrán, Ferrer, Peset... Ilustrados que hicieron grandes cosas por la medicina preventiva, la salud pública y la educación sanitaria. Pese al bramido de los púlpitos: en Inglaterra sermoneaban sobre la "obra de Lucifer e invención infernal"; en Francia la calificaban de "nociva promiscuidad entre las bestias y el hombre"; en España "repugnaba al derecho natural", y el mismo Kant, ya ves, la describió como "la inoculación de la bestialidad".

Hoy sigue habiendo millones de personas sin vacunar y muriendo de enfermedades evitables: diarreas, asma, polio... que van a más. Un tercio de la población padece de tuberculosis y la mitad tiene malaria (que reemerge incluso en los USA). Ahí las tenéis, las armas de destrucción masiva: miseria, violencia y explotación son virus letales. ¿Para cuándo el ataque preventivo?

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 18 de mayo de 2003