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Crítica:FLAMENCO

Por derecho

Siempre por derecho. Pansequito es un flamenco que no sabría cantar de otra manera. Su cante gustaba a Caracol, gustaba a Camarón, y con él se hizo un lugar destacado en los tiempos dorados de los tablaos en Madrid. Un cante que combina de manera admirable la fuerza y el gusto, lo que él ha mantenido a ultranza como seña de identidad propia. Pansequito, que por edad (57 años) y por sabiduría cantaora se sitúa entre los maestros de su generación, hizo gala en este recital de poder y frescura de voz. Como en sus mejores tiempos, con esa capacidad suya para ligar los tercios hasta términos inverosímiles. En estos tiempos, que alguien sea capaz de regalarnos un tema ligado como suele hacerlo Pansequito resulta ciertamente espectacular.

Flamenco San Isidro 2003

Cante: Pansequito. Toque: Diego Amaya. Sala Clamores. Madrid, 16 de mayo.

El cantaor hizo los estilos que son imprescindibles en sus repertorios -alegrías, soleares, bulerías, tientos/tangos, fandangos- y otros que no lo son tanto y que sin embargo canta con autoridad. Fue el caso del taranto y la malagueña del Mellizo. Pansequito continúa siendo aquel cantaor largo, excelente conocedor de todas las familias del flamenco. Le acompañó a la guitarra muy bien el jerezano Diego Amaya, con delicadeza, con mimo, sin concesiones a la galería.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 18 de mayo de 2003