José María Aznar, presidente del Gobierno, optó ayer por "renovar" su "compromiso, la mayor determinación, decisión y firmeza, y la mayor cooperación y colaboración" con los países que, al igual que España, "tienen que hacer frente a una amenaza terrorista". Por su parte, el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, instó a Aznar a buscar una manera más eficaz de luchar contra el terrorismo internacional "que hacer guerras ilegales" y le pidió que "reflexione" y debata con él sobre "la alianza que tiene con el señor Bush".
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José María Aznar aseguró que el "compromiso", que se plasmó en la cumbre de las Azores, y que fue el preludio a la guerra de Irak, cobra más fuerza tras el atentado de la noche del viernes en Casablanca, porque "el terrorismo no merece nada más que ser derrotado, dentro y fuera de España".
El presidente negó implícitamente que el atentado tenga nada que ver con que España se haya convertido en un objetivo para el terrorismo islámico. "No es la primera vez que sufrimos, en bienes e intereses de España, ataques de ese fundamentalismo fanático, de ese fundamentalismo terrorista", aseguró, para remachar: "Si alguien tiene ganas de perder la memoria, yo le ruego que no lo haga. Que se acuerde de Marraquech en 1994 o de todas nuestras víctimas aquí en España o del 11 de septiembre, donde también hubo muertos españoles".
Ésta fue su fórmula para defender la validez de la alianza de las Azores con George W. Bush y Tony Blair y condenar "el fanatismo más cruel y más despiadado" que "alienta el terrorismo".
Aznar hizo estas declaraciones en un mitin en Gran Canaria, celebrado poco antes de mediodía y que comenzó con un minuto de silencio en memoria de las víctimas. El presidente del Gobierno aseguró que, a esa hora, aún no estaba confirmada la identidad de ningún español entre las víctimas, aunque ya se daba por casi seguro el fallecimiento de uno y las heridas graves que sufrían otros dos. "No sabemos todavía si tenemos algún compatriota entre esas víctimas. Si lo tenemos, nos acordaremos muy especialmente de él. Pero hoy nos hemos acordado de todas las víctimas de los atentados de Casablanca y de todas las víctimas del terrorismo, porque el terrorismo es siempre el mismo".
Por su parte, el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, endureció ayer sensiblemente su discurso contra el presidente del Gobierno, tras conocer las dramáticas consecuencias de los atentados de Casablanca. "Esta mañana he dado mi apoyo al Gobierno en la lucha contra el terrorismo", dijo en San Sebastián.
El odio y el fanatismo
"Ahora, desde aquí le pido que reflexione" y "que abramos un debate sobre la posición de España en el mundo, sobre ese apoyo y alianza que tiene con el señor Bush para ver si hay otra manera más eficaz de luchar contra el terrorismo internacional que hacer guerras ilegales".
Zapatero dejó la tibieza para otro momento. En un mitin celebrado en el Palacio de Congresos del Kursaal, repitió el discurso que tanto se escuchó antes y durante la contienda contra Irak. "Me temo que lamentablemente vamos a tener razón. Dijimos que el arma de destrucción masiva más preocupante era el odio y el fanatismo que podía crear esa guerra y en los últimos tiempos ha habido grandes atentados terroristas", apuntó. "Al terrorismo se le gana con legalidad, se le gana con la defensa de lo que es Naciones Unidas, se le gana uniendo a Europa y a los países del mundo". El secretario general del PSOE pidió a Aznar que reflexione, que reconozca que los últimos acontecimientos son un argumento para que cambie su postura. "Al terrorismo no se le va a ganar imponiendo o siguiendo doctrinas de un solo país por mucha potencia que sea y a través de bombas y de guerras que sólo generan odio".
Por otro lado, Felipe González criticó ayer por la tarde que el titular del Ejecutivo es "la única persona en España que no ve relación entre los atentados de Casablanca y la guerra contra Irak", informa F. J. Barroso. "Cuando Aznar advierte que no se deben relacionar ambos casos, es para que la gente no se acuerde de que este país nuestro no quería la guerra. Sólo la quería su Gobierno y todos los dirigentes del PP", señaló el ex presidente del Gobierno español.
González también reprochó que Aznar recordara que en Marrakech murieron dos turistas en 1994. "El terrorismo internacional es una amenaza grave y la estrategia iniciada por la administración Bush, y el gobierno español como recadero, se equivoca. La amenaza es real, la cooperación para luchar contra esa amenaza es necesaria y la estrategia de ese señor que manda en Estados Unidos y en España por medio de Aznar es errónea", concluyó.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 18 de mayo de 2003