Carabanchel ya no es una zona de veraneo real ni tampoco el barrio del presidio. Las fincas de recreo de hace un siglo han sido sustituidas por bloques de pisos, y la cárcel, aunque aún en pie, ya no encierra a ningún preso. Este distrito de 233.958 habitantes, algo más grande que A Coruña y un poco menos poblado que Granada, está cambiando a pasos agigantados.
Los eriales y antiguas zonas industriales han dado paso a nuevas urbanizaciones de viviendas cada vez más caras que aportarán otros 60.000 habitantes más a la zona. Y los poblados de chamizos como los que existían hace una década junto a la sacramental de San Isidro, han sido desmantelados. Pero los problemas sociales se mantienen, de puertas adentro, en vecindarios como Pan Bendito o Alto de San Isidro, donde fueron realojados numerosos chabolistas.
Carabanchel y Latina son los únicos distritos del sur que votan mayoritariamente al PP. Este partido obtuvo el 27% de los sufragios en las últimas elecciones municipales, frente al 23% del PSOE y el 6% de IU. En los comicios autonómicos los populares lograron el 28% de las papeletas; el PSOE, el 22%, e IU, el 3%.
Como todo pueblo que se precie, Carabanchel tiene un barrio de arriba (alto) y otro de abajo. La principal diferencia entre uno y otro es que el alto carece de metro. Y no será porque los vecinos no se han movilizado para conseguirlo. Además, ésta es la zona del distrito que más crecerá en los próximos años, porque en la linde con Leganés se están construyendo 11.300 viviendas.
Pero la ampliación del metro no es la única razón que ha sacado a la calle a los vecinos del distrito. También se han manifestado en reiteradas ocasiones para pedir un uso civil del hospital militar Gómez Ulla y para reclamar que los terrenos de la cárcel se dediquen a equipamientos para el barrio y no a la construcción de pisos privados. Pero por ahora ninguna de las dos reivindicaciones ha tenido éxito. El Gómez Ulla da ahora el servicio que prestaba el hospital del Aire de Ciudad Lineal antes de iniciarse su remodelación, y en los terrenos de la cárcel sólo funciona un reformatorio para chavales autores de delitos y está prevista la comisaría de Latina, un centro de internamiento de inmigrantes sin papeles y la Brigada Provincial de Extranjería y Documentación. Lo de las protestas no es nuevo. Gracias a ellas los vecinos consiguieron hace ya muchos años que el parque de las Cruces fuera eso, un parque, y no una zona verde cuajada de casas.
Durante toda la década de los noventa, uno de los lemas más coreados en el distrito fue el de Los camellos, al desierto. Sobre todo en barrios como Pan Bendito, un vecindario de viviendas sociales que sigue teniendo hoy día graves problemas de marginación social, absentismo escolar, inseguridad y tráfico de drogas. En ésta y en otras zonas de realojamiento de chabolistas, algunos colegios se han convertido en guetos donde el 90% de los alumnos son niños gitanos de ambientes deprimidos.
Para ser un vecindario de origen obrero, el peso de la enseñanza pública en Carabanchel es bastante bajo: sólo estudian en ella un 40% de los escolares, y el resto acude a centros privados concertados. Más del 15% de los alumnos de los centros públicos proceden de minorías étnicas (inmigrantes, gitanos).
Éste es el distrito madrileño con más cementerios (tiene siete, uno de ellos británico). También es el que alberga más reformatorios: en él están ubicados cuatro de los siete que existen, la mayoría de ellos en la finca de Puerta Bonita, que acoge también numerosos centros educativos y residencias de ancianos. Dos de cada diez vecinos tienen más de 65 años y sólo el 14% son niños.
Pese a las nuevas viviendas de lujo, Carabanchel sigue teniendo algunas características de barrio obrero donde el paro y los problemas para llegar a fin de mes forman parte del día a día. Así, su renta per cápita anual, de 9.170 euros, es inferior a la media de la ciudad (11.961 euros), y la tasa de paro, del 8,7%, superior. El metro de vivienda nueva cuesta 1.980 euros, menos de la mitad que en el distrito de Salamanca. Carabanchel es, tras Centro y Tetuán, el tercer distrito con más peso de la población extranjera. Un 15% de sus habitantes procede de otros países, sobre todo de Ecuador, Colombia, Marruecos, Perú, Rumania y China. Los barrios de Vista Alegre y San Isidro son los más mestizos. La existencia de viviendas de alquiler a precios más bajos que en el centro es lo que lleva a los inmigrantes a este barrio.
Rodeado por la M-30 y por la M-40, éste es uno de los distritos más contaminados de la ciudad. Y si el Ministerio de Fomento cumple su propósito de ampliar la M-40, algunas zonas verdes previstas en el ensanche del distrito sufrirán un importante mordisco. El distrito cuenta con tres parques, el de las Cruces, el de la Emperatriz María de Austria y el de San Isidro. Dispone también de una plaza de toros, la antigua Chata.
Carabanchel cuenta con la iglesia más vieja de la ciudad, la de Santa María de la Antigua, y también con uno de los puentes más bellos, el de Toledo, que une este distrito con el corazón de la capital. Pero, aparte de esas dos joyitas quedan muy pocos vestigios del pasado de estas antiguas tierras de labranza. Algunos dicen que la palabra Carabanchel viene de las numerosas caravanas de comerciantes que, tras su paso por la ciudad, se afincaban en la zona. Otros aseguran, sin embargo, que el nombre se lo dio una legumbre, el garbanzo, plantada profusamente en la zona antes de que se llenara de casas, cementerios y carreteras.
CARABANCHEL
Población total: 233.958
Inmigrantes: 34.755 (15%)
Menores: 33.014 (14%)
Mayores: 48.301 (20%)
Parados: 8.483 (8%)
Precio medio m2: 1.980
Renta 'per cápita' anual: 9.170
Voto en municipales 1999: PP, 27%; PSOE, 23%; IU, 6%; abstención, 39%.
Voto en autonómicas 1999: PP, 28%; PSOE, 22%; IU, 4%; abstención, 3%.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 18 de mayo de 2003