España firmó en Düsseldorf los mejores Campeonatos de Europa de su historia. El yudo, que se hizo mayor en Barcelona 92 y lo confirmó en Atlanta 96, ha vuelto a demostrar que el solitario oro de Isabel Fernández en Sydney 2000 sólo fue un mínimo bagaje para su potencial real. Un pequeño traspié en el camino de uno de los deportes que mantienen a España entre los mejores del mundo. Los dos títulos y tres subcampeonatos conseguidos el fin de semana en la ciudad alemana colocaron a España en el segundo lugar del medallero, sólo por detrás de Rusia, una de las grandes potencias, que sumó sólo un oro más, y por delante del otro gigante del yudo, Francia, que logró dos oros y un bronce únicamente. Las perspectivas, pues, de cara a los Mundiales de septiembre, en Japón, y a los Juegos de Atenas 2004, vuelven a ser muy halagüeñas.
Isabel Fernández abrió el sábado en su categoría de los 57 kilos el cupo de medallas con un oro más en su ya repleto palmarés en todas las grandes competiciones. Y se le unió Sara Álvarez, en los 63. La yudoka que ha rozado la gloria más veces que la ha logrado, se impuso esta vez nada menos que a la campeona mundial belga Gella Vandecaveye. La primera plata la obtuvo también en la segunda jornada Kiyoshi Uematsu, que sólo perdió con el ucranio Gennady Bilodid en la final de los 73 kilos. Ayer, Raquel Prieto cedió únicamente en los 78 ante la italiana Lucía Morico y en + 100 Aytami Ruano, el sucesor de Ernesto Pérez, subcampeón en Atlanta, sólo cayó frente al impresionante ruso Tamerlan Tmenov. Una lesión de rodilla limitó al gigante canario.
"Esto nos da toda la moral para el futuro", dijo el presidente de la federación española, Alejandro Blanco. "Sólo nosotros y Rusia hemos disputado seis medallas, porque Susana Somolinos perdió el bronce en + 78 kilos. Todo el equipo está muy contento", añadió.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 19 de mayo de 2003