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Socialistas y liberales refuerzan su poder en las elecciones belgas

La ultraderecha del Vlaams Blok avanza y los verdes sufren un enorme retroceso

El extraordinario avance de los socialistas y un más moderado progreso de los liberales en las elecciones generales de ayer en Bélgica convierten a ambas formaciones en las dos familias políticas predominantes. Con más del 50% de los votos, los dos partidos podrán seguir gobernando en cómoda coalición sin el apoyo, necesario hasta ahora, de los verdes, que sufrieron un auténtico descalabro electoral tras su primera experiencia en el poder. La ultraderecha del Vlaams Blok sigue progresando y ha logrado obtener casi el 20% de los votos flamencos.

Con el 78% de los votos escrutados, liberales y socialistas se perfilaban anoche nítidamente como los dos ganadores de las primeras elecciones belgas del milenio, logrando un práctico empate. Según esos resultados aún no definitivos, los socialistas podrían haberse convertido en la primera familia política del país, con el 27,2% de los votos (7,5 puntos por encima de las anteriores elecciones), y los liberales, en la segunda, con el 25,4% (2 puntos más que en 1999).

De confirmarse los datos, la coalición arco iris que ha gobernado el país en los últimos cuatro años podría perder el color verde. Ambas formaciones sumarían la mayoría suficiente para gobernar solas cómodamente, lo que siempre facilitaría la tarea de gobierno, como afirmó el ministro de Justicia, el liberal flamenco Marc Verwilghen: "Ha habido demasiadas tensiones en esta legislatura".

Tales resultados garantizan también la posición de centro-izquierda de Bélgica, que vuelve a resistir el avance de los conservadores que vive el resto de Europa, donde la izquierda sólo gobierna ya en Suecia, Grecia, Alemania y, otra vez, en este pequeño país fundador de la UE. "Los electores nos han dado el mandato para continuar la modernización del Estado", declaró satisfecho el primer ministro, el liberal flamenco Guy Verhofstadt.

La incógnita era anoche saber quién será el próximo primer ministro: si un liberal o un socialista. Como es preceptivo, el rey Alberto II nombrará en las próximas horas un formador, normalmente el líder del partido más votado, que será el encargado de formar Gobierno, aunque no necesariamente con él mismo a la cabeza. Si finalmente resulta ser el partido liberal flamenco el más votado, como ocurrió en 1999, Verhofstadt podría repetir. Si es el partido socialista, el presidente de la formación francófona Elio di Rupo tendría alguna opción de presidir el Gobierno federal, terminando con treinta años ininterrumpidos de primeros ministros flamencos.

Fracaso ecologista

Al espectacular avance socialista (más importante en Flandes que entre los francófonos) se une el estancamiento en sus modestos resultados de 1999 de los democristianos, que gobernaron el país durante 50 años hasta entonces. La otrora omnipresente familia social cristiana, que en el lado francófono ha perdido su apellido religioso, sigue reducida a nivel nacional a un discreto 18,9% de los votos.

El gran fracaso de estas elecciones es el de los verdes belgas, que no han disfrutado del mismo éxito que sus homólogos alemanes tras su primera experiencia de gobierno. Han perdido casi la mitad de sus votos. Los espectaculares resultados de 1999, que le auparon al poder con el 14,6% de los votos, han quedado brutalmente reducidos al 6,9%, por debajo incluso del ultraderechista Vlaams Blok.

"El problema de los verdes es el irrealismo de sus políticas", decía ayer el presidente de Bruselas capital, el liberal François-Xavier de Donnea. "Yo diría que los verdes identifican bien los problemas, pero dan malas soluciones". "Ni hemos seducido ni hemos convencido", dijo el dirigente de Ecolo (los verdes francófonos) Phillipe Defeyt.

La tarea no es sencilla. Los agricultores han visto atacados sus intereses por su política a favor del patrimonio natural frente a la productividad agrícola. Y en Lieja, cientos de ciudadanos aspiran todavía a recuperar el campeonato de Fórmula 1 en el circuito de Spa-Francorchamps, que este año no podrá celebrarse a causa de la prohibición de la publicidad del tabaco, un asunto en el que los verdes se mantuvieron firmes frente a los que, como los socialistas, pedían una moratoria para no perder el suculento negocio de la prueba automovilística.

La ultraderecha, mientras tanto, no para de progresar en Bélgica. El partido independentista flamenco Vlaams Blok ha vuelto a ganar terreno, como viene haciendo desde 1991. Los primeros resultados parciales hablan de un avance importante que les acercaría peligrosamente al 20% del electorado flamenco, frente a los resultados de 1999, en los que obtuvieron el 15,3% de los votos. A nivel nacional, el Blok gana 2,3 puntos, situándose en el 11,6%.

En el lado francófono, también progresa el Frente Nacional, que avanza ligeramente hasta el 1,9%, casi medio punto más que hace cuatro años.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 19 de mayo de 2003