Indignación, gritos y reclamaciones inundaron ayer por la tarde el Museo del Prado. Cerraba la exposición de Vermeer y era el Día de los Museos, lo que provocó una gran afluencia de público. Los visitantes reaccionaron con grandes gritos al comprobar que a las 17.50 se cerraban las puertas, cuando en los folletos se advertía que la clausura era a las 19.00.
"Hemos dejado pasar hasta las 17.50, y luego, con mucha educación, hemos cerrado, pero siempre respetando el horario", explicó el jefe de seguridad del museo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 19 de mayo de 2003