Dudo que las autoridades estadounidenses sepan distiguir entre la realidad y la ficción. Parece que tanta industria cinematográfica hollywoodense ha perturbado su capacidad de discernir entre ambas, tanto, que creen que son el heroico protagonista en una película en la que salvan al mundo entero. Suena irónico que un senador de EE UU propusiera que sancionaran la venta de videojuegos violentos a menores, porque su mente inocente y su vulnerable personalidad se pueden ver afectados por su contenido.
Dadas las acciones de la Administración de Bush en el último año, no sé qué les puede afectar más... si la realidad o la ficción.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 19 de mayo de 2003